Mientras...


Extrañarte ya se ha vuelto una rutina del día a día, 
salpica como la lluvia arrebatada en la ventana, 
ahoga como el calor en una ciudad sin ventisca,
no me deja ser.

Extrañarte me tortura los ojos hasta el silencio,
y si solo supieras cuánto te llaman mis besos,
cómo me despierta tu nombre en la noche, 
cómo duele.

Mientras, las lunas se pasean oblicuas sobre nosotros, 
y el mundo aún es un perfecto absurdo,
sin que nada se altere porque te extraño, 
todo rueda...

salvo yo, que voy desarmándome las voces, para no decirte,
atorada en una baldosa, maltrecha y desgastada, 
calculando las posibilidades de lo que hubiera sido
no extrañarte tanto.


Mujer bajo la luna. José Anotnio Olivia Alfonso

Comentarios

  1. Romina, Me gusta la posibilidad de lo que hubiera sido no extrañarle tanto. La posibilidad siempre es el mejor sendero hacia la realidad.

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