En blanca lluvia de ojos y bocas, amapolas que vuelan, pesadas, digo, no lirios, amapolas, digo amapolas en caminos arrebolados y compadritos, con crispadas manos de fabricantes, digo amapolas, no digo más nada, amapolas. Tu voz de plateado yunque y esmaltado olivo, tu voz alada, golondrina, creciente, en miles de nombres donde encallaste tu nombre y te lloran los sabandijos, los luciérnagos, los tuyos. Digo amapolas y así quiero que sea, en blanco enrojado sendero, azul de luz, tan tibio. Te lloran los quedantes, los pebetos, lagartijos, muchachos, orugas, en blanca lluvia de ojos y bocas que repiten asonantes tus latidos, te extrañan los pelandrufos, compinches, atorrantes, tus quereres... amapolas, amapolas digo y dos monedas para el barquero, mientras el viento canta y te lleva, te lleva. (A Patricio Videla 2/10/79 - 26/06/09)