
Me arrepiento de no romper los relojes en ese instante mínimo,
y de no robarte la risa
y de no secuestrarte los ecos.
Mis rincones ya no son tales.
Transparente.
Ningún rayo de sol me inunda tanto como tu boca.
Soy una madeja de ganas desovillándose entre tus dedos.
Excelentes versos, de mucha calidad la imagen que logras con ellos. Te felicito.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Salvador, el placer inmenso es mío.
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